Valer un Potosí: visita a las minas

Hoy, domingo, hemos realizado con Big Deal Tours una visita a las minas de plata situadas en el Cerro Rico de Potosí.

Hemos elegido a Big Deal Tours para realizar la visita porque los guías son mineros en activo o jubilados, que por tanto conocen bien la mina y Es un dato a valorar, ya que es una mina activa.  Nuestros guías han sido: Wilson, Gina y Mario, el conductor.

La visita es impresionante y dura, tanto física, como mentalmente. Te recogen a las 09:00h y te llevan al mercado minero donde compras los presentes para los mineros. Los regalos van desde hojas de coca, refrescos y alcohol pasando por explosivos. Los mineros de Potosí compran su material para poder trabajar. Por cierto, un dato curioso o por lo menos sorprendente es que cualquiera puede comprar los explosivos, son de venta libre.

Visita a las minas, Potosi

Visita a las Minas del Cerro Rico, Potosi

Después de las compras te llevan a una especie de almacén donde te dan todo el equipo: pantalones, chaqueta, botas, casco, mascarilla y agua. Una vez vestido de minero te llevan a la fabrica donde separan los minerales del deshecho. Cabe decir que en Potosí, no solo hay plata, también hay cobre, zinc, plomo, entre otros. Una vez tienen los minerales separados del deshecho, se las venden a empresas europeas y americanas que separan los diferentes minerales, ya que Bolivia no tiene infraestructura para hacerlo y atención, lo más fuerte: Bolivia depués vuelve a comprar, a precio de oro, ese cobre, ese plomo o esa plata para su uso ¿qué os parece?

» Es la oscuridad más negra, silenciosa y angustiante que hemos sentido nunca»

Tras esta visita, vuelves a la furgoneta y te suben hasta la mina. Bueno, pues llegó la hora del verdad. Entras en la mina, y empiezas a andar por los túneles que van variando en altura, es decir, hay momentos que vas totalmente erguido y otros que vas encogido o de cuclillas (¡nos hemos dado unos golpetazos en la cabeza, menos mal que llevábamos casco!) y a esto, hay que sumarle que el suelo esta enfangado a trozos, lleno de agua en otros y seco pero con pedruscos en otros, por lo que al final no sabes donde mirar si arriba para no darte en la cabeza o abajo para no caerte. Además, estas a unos 4500 m.s.n.m metido en una mina, por lo que, si te costaba oxigenarte fuera, dentro ya es un poema. Sigues caminando controlas tus impulsos y te tranquilizas: vale lo has logrado puedes seguir caminando hasta el final de la visita y entonces, zas! Hay que subir unas escaleras de madera por donde casi no te pasa el cuerpo y encima hay tres niveles. Lo consigues, lo subes sin matarte y llegas a un lugar donde hay uno de los dioses mineros, El Tío. Allí descansas un rato, y junto con Wilson participas en un ritual de ofrenda a los Dioses mineros. Y entre chiste y explicación, te hace apagar los frontales y quedas totalmente a oscuras. Es la oscuridad más negra, silenciosa y angustiante que hemos sentido nunca. De ahí, te queda como un kilómetro a cuclillas para poder salir de la mina.

Explicaciones jocosas a parte, ¿os podéis imaginar realizar este recorrido, a diario, cargados con más de 20 kg de mineral, jugándote el pellejo porque hay detonaciones, fugas de gases, etc.? Y, ¿os podéis imaginar como os sentiríais, después de todo este trabajo, si la riqueza no se quedara en vuestros países?

Ah! Por cierto, Wilson y los demás os esperan, de hecho, Bolivia Te Espera.

Camino y llegada a Potosí

Salimos pronto de La Escondida,  rumbo a la estación de autobuses de Sucre. Para llegar imagecogemos un bus, cuesta 3 Bob. Sólo bajar del bus, vienen diferentes personas a vendernos los boletos, – Potosí, Potosí- nos dicen. Bajamos al andén para ver los autobuses y elegimos el que más nos gusta, compramos los billetes. Nos quedan 3 horas de camino.

El viaje es espectacular,  vas subiendo metros y metros hasta llegar a los 4000 Altiplanom.s.n.m., estas en el Altiplano. Empieza el mareo, el dolor en la sien, los ojos parece que se salen de las órbitas… Felicidades, ha sido usted premiado con el soroche (mal de altura). Llegamos a Potosí, cogemos un bus, llegamos al centro. Entre mareo y mareo, llegamos a nuestro hostal, el Eucalyptus el dueño nos recibe con los brazos abiertos. Bingo, volvemos a estar en casa!

Estamos desfallecidos, necesitamos comer y nos preguntan: -¿Boliviano? – ¡Por supuesto! – Id al Café Calendaria – Y llegamos a un lugar mágico, donde se respira paz y la comida, ¡ay, la comida!

Sopa de verdurasNos comemos las  mejores sopas de nuestras vidas! Probamos la carne de llama, es rica, nos recuerda un poco al hígado y para finalizar un mate de coca. El mate atenúa el soroche.

Llegamos al hostal, tomamos una homeopatía específica para el mal de altura y a dormir que al día siguiente nos espera la visita a las minas.

Potosí, es un lugar mágico, situado entre montañas y presidido por el Cerro Rico. Es un lugar árido, duro que contrasta con la amabilidad y simpatía de su gente. Son muy simpáticos y cachondos. El centro histórico es una maravilla.

Cerro Rico, Potosí